Muchas veces Dios no nos responde, esperamos en El, confiamos en Su Palabra, creemos Sus promesas... pero pasa el tiempo y pareciera que se ha olvidado de nosotros. Cuando Dios guarda silencio, nuestro corazón es probado para revelar lo que hay en nuestro interior... Muchos confían en Dios bajo circunstancias normales, pero quiénes seguirán confiando en El en los momentos de sequía espiritual, en medio de los desiertos de la vida, durante las tormentas y noches oscuras del alma que prueban la fe??... Allí somos tentados a tomar las riendas y buscar soluciones por nuestra cuenta.
La desesperación y la impaciencia son malas consejeras, corroen nuestra fe y pueden conducirnos a tomar decisiones equivocadas o a buscar apoyo y refugio fuera de Dios y de Su voluntad... (1 Samuel 13:8-14)
No temamos, sigamos confiando en quien hemos creído... porque El es fiel y saldrá a nuestro encuentro en el tiempo justo.
"En descanso y en reposo seréis salvos;
en quietud y en confianza será vuestra fortaleza."
(Isaías 30:15)
Dios nunca nos abandonará. En la espera seremos fortalecidos y de cada prueba saldremos purificados y con un conocimiento más profundo de nuestro Dios. Los que confían en El no serán avergonzados!
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