DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

2 de marzo de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 2 de marzo

Deuteronomio, capítulos 28 al 30

Amemos al Señor nuestro Dios, perseveremos en Sus caminos, guardemos Su Palabra, atendamos Su voz, sigámosle sólo a El... porque El es vida para nuestra alma... (Deuteronomio 30:16, 20)

Que nuestro corazón no se aparte del Señor, ni se endurezca contra El... Si nos hemos deslizado del camino... regresemos pronto!
Afirmemos bien los pasos, no dejemos que las dudas nos tambaleen, no nos detengamos...

Que no haya en ninguno de nosotros corazón malo de incredulidad que nos aparte del Dios vivo...
Animémonos cada día para que ninguno sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde.
Mantengamos firme hasta el fin la confianza que hemos depositado en Cristo al principio. (Hebreos 3:12-14)

No hay comentarios:

Publicar un comentario