Moisés declaró al pueblo de Israel las bendiciones de Dios sobre aquellos que obedecieran las leyes, y las consecuencias que sufrirían quienes las desobedecieran. (Levítico 26)
Ellos experimentaban el castigo o la recompensa de Dios, aquí en la tierra.
Pero a nosotros nos han sido revelados, por medio de Jesucristo, la recompensa y el castigo eterno de Dios según nuestras obras.
"Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante nuestro Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras." (Apocalipsis 20:15)
Los que han sido lavados en la sangre del Cordero, gozarán vida eterna, y tendrán derecho a entrar por las puertas de la Ciudad Celestial. (Apocalipsis 22:13) Y Dios enjugará sus lágrimas; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; todo eso habrá pasado para siempre! (Apocalipsis 21:4) Y verán el rostro de Dios... y reinarán por los siglos de los siglos...! (Apocalipsis 22:4-5)
Pero quienes han muerto sin arrepentirse de sus pecados por haber rechazado a Jesús, irán al castigo eterno y serán arrojados al lago que arde con fuego y azufre. (Apocalipsis 21:8) Allí será el lloro y el crujir de dientes... (Mateo 13:42) Y su vergüenza y confusión serán perpetuas. (Daniel 12:2)
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