DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

15 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 15 de febrero

Números, capítulos 19 al 21

El pueblo de Edom provenía de Esaú, hermano mellizo de Jacob. Los israelitas (descendientes de Jacob) y los edomitas eran razas emparentadas, pueblos hermanos. (1 Crónicas 1:34-43)

Sin embargo, en el momento en que el pueblo de Israel necesitó ayuda, Edom cerró su corazón al pedido de ellos y no les dejó pasar por su territorio. Los israelitas tuvieron entonces que rodear la tierra, haciendo más largo y penoso su camino. (Números 20:14-21)

No neguemos nuestra ayuda al que está en dificultades. Seamos sensibles a la aflicción de nuestros hermanos en la fe, socorrámosles en sus tiempos de prueba, ayudémosles a soportar sus cargas. (Gálatas 6:2)

"...El que ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?...
No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad." (1 Juan 3:17-18)
"Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios." (1 Juan 3:10)
"El que ama a Dios, ame también a su hermano."
(1 Juan 4:21)

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