• Exodo, capítulos 23 al 25
Para comprender mejor estos capítulos de Exodo que contienen la descripción del tabernáculo, les presento este resúmen extraído del libro "El Pentatéuco" de Pablo Hoff.
Dios le pidió a Moisés que construya un santuario (morada santa) donde El habitaría en medio de Su pueblo. (Exodo 25:8-10)
Este santuario servía para recordarle al pueblo que poseía la dicha incomparable de tener a Jehová en medio de Israel. En aquella carpa iba a morar Dios como rey de Su pueblo. Deseaba peregrinar con la nación hebrea en el desierto, guiarla en sus caminos, defenderla de sus enemigos y conducirla al descanso de la tierra prometida en Canaán.
El santuario se llamaba también: 'tabernáculo' o 'tienda' por su cubierta exterior que la asemejaba a una carpa.
Esta tienda era muy pequeña. No estaba diseñada para que el pueblo israelita se reuniera allí, sino con el fin de que sus representantes, los sacerdotes, oficiaran como mediadores.
La tienda se dividía en dos cámaras:
• El lugar santo
• El lugar santísimo
Estos dos compartimentos estaban separados por un velo de lino.
Dentro del lugar santo se encontraban:
- La mesa con los 12 panes de la proposición (cada pan representaba una tribu de Israel; simbolizando a todo el pueblo unido delante de Dios)
- El candelero de oro con 7 lámparas de aceite (representaba la luz de Dios, que Su pueblo debía reflejar en medio de las naciones paganas)
- El altar de inciencio (donde se quemaba perfume aromático. Este perfume representa las oraciones de los justos)
En el lugar santísimo se hallaba:
-El arca del testimonio (que contenía las tablas de la ley, un vaso con maná y la vara de Aarón; y representaba la misma presencia de Dios, Su trono). La tapa que cubría el arca se llamaba: propiciatorio.
La tienda estaba rodeada por el atrio, que era un patio donde estaban:
- La fuente de bronce o lavacro
- El altar de los holocaustos (llamado también altar de bronce). Allí, los sacerdotes presentaban los sacrificios de animales que Dios exigía para quedar libre de pecado y restaurar la comunión con Dios. Sin derramamiento de sangre no había perdón de pecados...
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