Dios quiso revelarle a Juan las cosas que sucederían al final de los tiempos, para que las escribiera como un mensaje profético, cuyo cumplimiento iba a ser verdadero. Todo el Apocalipsis contiene visiones acerca de los planes y propósitos de Dios en la tierra y en la eternidad.
Tal vez no entendamos con precisión todo el contenido, pero por medio de él, nuestro corazón mantiene viva la esperanza del regreso de nuestro Señor, Sus promesas son fieles y verdaderas y la victoria final es Suya.
Bienaventurados los que sean hallados con fe el día en que se manifieste nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Vi una multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palmas en la mano. Clamaban a gran voz, diciendo: ¡La salvación pertenece a nuestro Dios y al Cordero!
Todos ellos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus ropas en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en Su templo. Y el que está sentado en el trono les dará refugio en Su santuario. Ya no sufrirán hambre ni sed. No los abatirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva; y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos.
(Apocalipsis 7:9-10, 14-17)
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