DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

26 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 26 de octubre

Miqueas, capítulos 2 al 4

"Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre." (Miqueas 4:5)

El mismo Dios de la Biblia, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, es nuestro Dios a quien servimos, quien dio a Su Único Hijo: Cristo Jesús, para salvarnos... El es el único camino para nuestra redención. No nos apartaremos por otros caminos, ni buscaremos sendas más fáciles, ni alimento espiritual que no sea la Palabra de Dios. La sangre de Cristo es la única que tiene poder para limpiar nuestras almas y justificarnos delante de Dios; Su Espíritu Santo es quien nos recuerda la Verdad y nos da poder para tener victoria sobre el pecado. El camino angosto, la senda de la cruz, seguiremos andando hasta el fin; revestidos con la armadura de Cristo para estar firmes contra las asechanzas del maligno.

No perdamos la fe hermanos, no busquemos otra paz que no sea la de Cristo, ni otro evangelio fuera del que nos enseñó Jesús.

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