• Ezequiel, capítulos 3 al 5
El Señor le dijo a Ezequiel:
'Cuando yo pronuncie sentencia de muerte contra un malvado; si tú no le hablas a ese malvado y le adviertes que deje su mala conducta para que pueda seguir viviendo, él morirá por su pecado, pero yo te pediré a ti cuentas de su muerte. Si tú, en cambio, adviertes al malvado y él no deja su maldad ni su mala conducta, él morirá por su pecado, pero tú salvarás tu vida.
Y si el justo se aparta para hacer maldad, y yo lo pongo en peligro de caer; si tú no se lo adviertes, morirá por su pecado, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; y a ti te pediré cuentas por su muerte.
Pero si amonestas al justo para que no peque, y no pecare, entonces vivirá; y Tú habrás librado tu alma.' (Ezequiel 3:18-21)
Seamos diligentes, tenemos un mensaje de parte de Dios para compartir a nuestro alrededor. Tal vez algunos quieran oirlo, y otros muchos se resistan; pero no nos desanimemos, hablemos sin temor delante de ellos. Anunciemos a este mundo que es tiempo de arrepentirse, de volverse a Dios y estar a cuentas con El por medio de Jesucristo, nuestro Salvador.
Preocupémonos también por hacer volver a nuestros hermanos que se han extraviado de la verdad.
"Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepan ustedes que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados." (Santiago 5:19-20)
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