DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

15 de agosto de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 15 de agosto

Cantares, capítulo 8
Isaías, capítulos 1 y 2

Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos.
Apresúrate, amado mío. Sé semejante al corzo, o al cervatillo sobre las montañas. (Cantares 8:7, 14)

Ni las dificultades, ni las pruebas o aflicciones, ni los peligros o persecuciones, ni la misma muerte podrán apagar el amor de un verdadero cristiano por su Salvador. A todas esas dificultades podremos hacerles frente y salir más que vencedores, gracias a Aquel que nos amó. (Romanos 8:35-39)

Amado Señor, esperamos tu regreso. Deseamos que nos lleves pronto a tu hogar para celebrar contigo las Bodas del Cordero.
Apresúrate, ven pronto por tu iglesia; tu novia amada que has redimido con tu preciosa sangre te aguarda.
Y mientras llega ese gran día, que nuestras vidas continúen produciendo frutos que deleiten Tu corazón.

Ven pronto, Señor Jesús!

No hay comentarios:

Publicar un comentario