DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

18 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 18 de julio

Salmos, capítulos 117 al 119

Tu Palabra, Señor, bendice nuestras vidas!!

Bienaventurados los que han puesto sus pasos en el camino del Señor y se conducen obedeciendo Sus enseñanzas.

¿Cómo podrán los jóvenes llevar una vida limpia?
¡Viviendo de acuerdo con la Palabra de Dios, y buscando al Señor de todo corazón!

Que tu Palabra, Señor, sea nuestro sustento, que nuestros oídos presten atención a tus consejos, y nuestros pies prefieran andar por el camino de la verdad, que nuestros ojos estén fijos en ti y no en las cosas vanas de esta vida.
Inclina nuestro corazón a cumplir tus palabras, danos entendimiento para aprender tus enseñanzas.
Guíanos por sendas rectas, y sea nuestro corazón íntegro contigo.

Tu Palabra es una lámpara a nuestros pies que alumbra nuestro camino y provee claridad a nuestros pensamientos; es el mejor consuelo en medio de la aflicción, es quien aviva nuestra esperanza, aumenta nuestra fe, alimenta el espíritu y trae gozo al corazón.

El que guarda Sus Palabras será librado de cometer muchos errores, vivirá en libertad, y hallará verdadera felicidad.
(Salmo 119)

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