DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

17 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 17 de julio

Salmos, capítulos 114 al 116

No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre la gloria, por tu misericordia y tu verdad. (Salmo 115:1)

Sólo Dios es digno de recibir la gloria y la honra. No nos adueñemos de lo que le corresponde a El; despojémonos de nuestras glorias personales y llevémoslas a Sus pies. Mengüemos nosotros y dejemos que Cristo crezca hasta llenarlo todo en nuestras vidas.

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