DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

5 de junio de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 5 de junio

Job, capítulos 30 al 32

En medio de todas las aflicciones, Dios le enseñó a Job a no confiar en su propia integridad, y a no gloriarse en su propia justicia...

Ninguno puede justificarse por sus propios medios delante de Dios. Sólo la cruz de Cristo puede hacerlo por nosotros.
La cruz de Jesús debe ser nuestra gloria; gloriémonos en el triunfo que nuestro Señor alcanzó en ella... (Gálatas 6:14)
Gloriémonos también, como hijos de Dios, en nuestras tribulaciones porque producen en nosotros paciencia; y en nuestras debilidades, porque en ellas se perfecciona el poder de Dios. (Romanos 5:3, 2Corintios 12:9-10)

No hay comentarios:

Publicar un comentario