DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

7 de junio de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 7 de junio

Job, capítulos 36 al 38

"El no estima a ninguno que cree en su propio corazón ser sabio." (Job 37:24)

"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes." (Santiago 4:6)

El corazón soberbio es autosuficiente, busca dominar a sus semejantes, y rechaza someterse a Dios: a Sus principios, a Su voluntad. La altivez de espíritu es un pecado que nos aleja de Dios y nos impide apreciar Su gracia en nuestras vidas. El Señor aborrece la soberbia, no la soporta...
Pero El se acerca al humilde... Son bienaventurados los que reconocen su necesidad espiritual y recurren a Dios. Bienaventurados los que dependen y confían en El, los que aman al prójimo como a sí mismos, los que buscan la sabiduría que viene por obedecer a Dios y apartarse del mal.

Que haya en nosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, El se despojó de toda Su gloria y se humilló a sí mismo haciéndose siervo y obedeciendo al Padre en todo. Por eso Dios lo exaltó y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Y un día, toda rodilla se doblará ante El y toda lengua confesará que El es el Señor.(Filipenses 2:5-11)
Dichosos los que doblan ahora sus rodillas delante de El y le reconocen como Salvador y Señor de sus vidas.
Dichosos los que se humillan ahora delante de Dios!

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