DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

3 de junio de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 3 de junio

Job, capítulos 24 al 26

"Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿por qué los que le conocen no ven Sus días?" (Job 24:1)

"¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y Su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar Sus decisiones, ni llegar a comprender Sus caminos.
Pues '¿quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá darle consejos? ¿Quién le ha dado algo antes, para que El tenga que devolvérselo?'
Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por El y en El. A El se la gloria por los siglos." (Romanos 11:33-36)

El Señor actúa con soberanía, porque es Dios, y Sus pensamientos son más elevados y profundos que los nuestros.
El no nos explica todo lo que hace en nuestras vidas, porque no pretende que entendamos Su obrar sino que confiemos en El.
Sus tiempos son diferentes a los nuestros... El no mira la velocidad con que avanzamos, sino la integridad con que nos conducimos. El va al paso de nuestra obediencia...
En este mundo ganan los que son rápidos, capaces y emprendedores... Pero para Dios, los vencedores son los pacientes, los que le obedecen y son fieles a El... y los que no pierden la fe en medio de las pruebas.

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