DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

27 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 27 de febrero

Deuteronomio, capítulos 19 al 21

La ley de Moisés decía:
Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente... 'mal por mal'. (Deuteronomio 19:21)

Pero Jesús nos enseñó a devolver 'bien por mal'.
No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; si alguien te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga por una milla, llévala dos.
Amen a sus enemigos, bendigan a los que les maldicen, oren por quienes los ofenden y persiguen; para que sean hijos de vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:38-42, 44-45)
No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal. (Romanos 12:21)

Seamos perfectos como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:48)

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