DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

28 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 28 de febrero

Deuteronomio, capítulos 22 al 24

El Señor tu Dios convirtió la maldición en bendición porque te amaba. (Deuteronomio 23:5)

Ninguna maldición puede obrar contra los hijos de Dios pues hemos sido bendecidos por El con toda clase de bendición espiritual, por medio de Jesucristo. (Efesios 1:3) No temamos a quienes nos maldicen, pues como hijos de Dios estamos cubiertos por El. Fuimos llamados a heredar bendición... bendigamos a quienes nos desean el mal. (1Pedro 3:9)

Pero si, conociendo la Verdad, pecamos voluntariamente y nos rebelamos contra Dios, entonces nos exponemos a la maldición que viene a causa del pecado y a sus consecuencias sobre nuestras vidas.

La maldición nunca vendrá sin causa. (Proverbios 26:2)

No temamos; andemos en luz obedeciendo en todo a Dios.
Sigamos firmes en el Señor; no perdamos nuestra confianza, no retrocedamos en nuestra fe.
Fijemos los ojos en Jesús y sigamos avanzando sin desmayar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario