DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

19 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, miércoles 19 de enero

Santiago, capítulos 4 y 5
1 Pedro, capítulo 1

¡Oh almas adúlteras! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? El que quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios. (Santiago 4:4)

No amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. El que ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa con todos sus malos deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:15-17)

Aquel que nos llamó es santo, seamos también nosotros santos en toda nuestra manera de vivir. (1 Pedro 1:15)

No hay comentarios:

Publicar un comentario