DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

30 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 30 de enero

Apocalipsis, capítulos 16 al 18

He aquí, Yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas. (Apocalipsis 16:15)

Nadie sabe el día ni la hora en que vendrá nuestro Señor. No nos dejemos llevar por las palabras de quienes anuncian fechas basadas en cálculos hechos por los hombres; aún si un angel se apareciera anunciando el día o la hora de la venida de Cristo, no deberíamos creerle.
Por las señales que vemos en la tierra, y el sentir que va produciendo el Espíritu Santo en la iglesia, Su regreso está muy cerca, pero no sabemos cuándo será. Esperemos a nuestro Amado con paciencia y alegría todo el tiempo que demore en venir por nosotros.
Vivamos con sabiduría, como hijos de la luz, sin enredarnos en las obras de las tinieblas. Perseveremos en la fe, manteniendo viva en nuestro corazón la esperanza de Su regreso.
No olvidemos Su promesa, no nos durmamos durante la espera. Velemos! Porque El vendrá como ha prometido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario