DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

28 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 28 de septiembre

Ezequiel, capítulos 9 al 11

Aunque la maldad aumente cada vez más en el mundo, que nuestros corazones se mantengan puros y santos para nuestro Dios. El conoce a los hombres y mujeres que en sus corazones gimen y claman a causa de las abominaciones de este tiempo (Ezequiel 9:4); los que en su espíritu se afligen a causa de tanto pecado y sufren por querer llevar una vida limpia delante de Dios. El les está viendo, anímense! Renueven sus fuerzas, sigan peleando la buena batalla y nadando en contra de la corriente de este mundo. Levanten sus ojos al cielo, a Aquel que nos socorre en medio de nuestras tribulaciones, a fin de que la esperanza no decaiga ni se debilite la fe. En Su presencia hallaremos las fuerzas necesarias para cada día...


Que el Señor nos ayude a permanecer fieles a El, amándole de todo corazón, obedeciendo Sus palabras, sirviéndole con diligencia, y guardándonos sin mancha del mundo.

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