DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

13 de abril de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 13 de abril

1 Reyes, capítulos 16 al 18

"Tú Señor, eres Dios, y nos invitas a volvernos de nuevo a ti." (1 Reyes 18:37)


¿Hasta cuándo claudicaremos en nuestro corazón entre dos pensamientos? (1 Reyes 18:21)

No podemos a la vez servir a dos señores... 'a Dios y a las riquezas', 'a Dios y a mis deseos impuros', 'a Dios y al mundo'...

Elijamos a quién vamos a servir!
Apartémonos de todos los 'ídolos' que nos roban tiempo y nos distraen para que no busquemos al Señor.
Volvámonos de todo corazón al único Señor y verdadero Dios y sigámosle sólo a El.

Escojamos amar a Dios por sobre todas las cosas; y morir a nosotros mismos, a los deseos que nos gobiernan, para que la vida de Cristo crezca dentro nuestro.

"Si alguno quiere seguir a Cristo, niéguese a sí mismo y tome su cruz cada día." (Marcos 8:34)

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