DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

9 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 9 de noviembre

Mateo, capítulos 8 al 10

Y al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: Ciertamente la cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por eso, rueguen al Dueño de la cosecha, que envíe obreros a recogerla. (Mateo 9:36-38)

Roguemos al Señor que haya entre Su pueblo muchos corazones dispuestos a trabajar para El, interesados en colaborar con Sus planes y en hacer Su voluntad; hombres y mujeres de Dios, llenos de compasión, que no busquen gloria o reconocimiento personal, sino solamente ser fieles en responder al llamado, y diligentes en todo aquello que el Señor de la cosecha les encomiende hacer.

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