DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

23 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 23 de octubre

Amós, capítulos 7 al 9

Las guerras, hambres, plagas, pestes, terremotos, volcanes, ciclones, maremotos... todo ello tiene lugar en los juicios providenciales de Dios; y mediante ellos El se hace oír de contínuo, manifestando Su poder.

Los juicios de Dios tienen como propósito 'que el hombre aprenda justicia' (Isaías 26:3) Son una advertencias y un recoradatorio del llamado a volvernos a Dios. (Diccionario Bíblico Vila - Escuain)

"Vienen días, dice el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir la palabra de Jehová.
E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán..." (Amós 8:11-12)

Atendamos las advertencias de Dios manifestadas cada vez más seguido sobre este mundo. Busquemos la justicia, volvamos con urgencia nuestros corazones a nuestro Creador y Dios...

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