DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

9 de julio de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 9 de julio

Salmos, capítulos 90 al 92

El que habita al abrigo del Altísimo, vivirá seguro bajo la sombra protectora del Omnipotente. El Señor es nuestra Esperanza y nuestro refugio, el Dios verdadero en quien podemos confiar. Sólo El puede librarnos de peligros y temores.
Sus plumas cubren a quienes se esconden debajo de Sus alas, y allí permanecen seguros. Dios envia Sus ángeles alrededor de quienes le aman para que sean guardados en todos sus caminos. En los días de angustia, El estará con nosotros; si le invocamos, nos responderá y nos mostrará Su salvación. (Salmo 91)

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