DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

19 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 19 de febrero

Números, capítulos 31 al 33

En lugar de confiar y esperar en Dios, algunas tribus (Rubén, Gad y la media tribu de Manasés) se apresuraron y eligieron su heredad fuera de Canaán -la tierrra prometida-. Ellos buscaron lo que les pareció mejor, lo que a sus ojos era más conveniente, y se acomodaron a ello aunque no coincidiera con la promesa de Dios...


Cuántas veces erramos por tomar decisiones sin esperar la respuesta de Dios...



No hay comentarios:

Publicar un comentario