DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

18 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 18 de febrero

Números, capítulos 28 al 30 .

Nuestra ofrenda a Dios es darle gracias siempre, por medio de Jesucristo; es reconocerle como nuestro Señor y honrar Su nombre; es adorarle con nuestra obediencia; es postrarnos ante El y contemplar la hermosura de Su santidad. (1 Crónicas 16:29, Hebreos 13:15) .

Ahora, si al llevar tu ofrenda a Dios recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti... deja tu ofrenda, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces sí: ven y presenta tu ofrenda. (Mateo 5:23) .

Que nuestras vidas sean una ofrenda agradable ante Dios. Que podamos presentarnos delante de El cada día para llenar Su trono de alabanza y adoración... .

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