DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

2 de febrero de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 2 de febrero

Levítico, capítulos 7 al 9

Los sacrificios que le agradan a Dios, consisten en:

- Obedecer a Dios y prestar atención a Su Palabra. (1Samuel 15:22)
- Amarle y reconocerle como Dios. (Oseas 6:6)
- Honrarle con un corazón agradecido. (Salmo 50:23)
- Buscarle con un espíritu quebrantado, con un corazón contrito (arrepentido) y humillado. (Salmo 51:16-17)
- Hacer el bien, practicar la justicia, y ser misericordiosos. (Miqueas 6:6)

Que nuestras vidas sean como un aroma agradable para nuestro Dios. Que podamos deleitar Su corazón viviendo de acuerdo a Su voluntad y cultivando una relación personal y de amistad con El.

No nos perdamos el enorme privilegio de conocer cada día más a Dios, y llegar a ser sus amigos.

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