DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

27 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 27 de noviembre

Lucas, capítulos 18 al 20

"Dejen a los niños venir a Mí, y no se lo impidan; porque de ellos es el reino de los cielos." (Lucas 18:16)

Alimentemos a los niños desde pequeños con la Palabra de Dios. Recordémosles contínuamente que:

"El Señor nuestro Dios, unos es.
Amen al Señor su Dios con todo su corazón,
con toda su alma, con toda su mente
y con todas sus fuerzas." (Marcos 12:29-30)


Sembremos la buena semilla en sus corazones cada día, para que crezcan teniendo en cuenta a Dios y amándole con todo su ser. Que crezcan y se desarrollen no sólo externamente sino también por dentro asimilando buen alimento espiritual que les conduzca siempre a Cristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario