DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

4 de noviembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 4 de noviembre

Zacarías, capítulos 11 al 13

El pueblo de Israel fue escogido por Dios desde el principio; y aunque no reconocieron al Mesías, el Señor no ha dejado de amarles. Por su incredulidad, vino la salvación y reconciliación a todo el mundo; y los que hemos creído en Cristo, por medio de la fe hemos sido adoptados como hijos de Dios. El Señor ha sido bondadosos con nosotros, y también lo será con el pueblo de Israel (Romanos 11 y 12). Nunca les menospreciemos pues Dios, en su gran misericordia, tiene todavía promesas de esperanza para ellos:
'Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán...
Y habrá para ellos un manantial abierto, para la purificación del pecado y de la inmundicia.' (Zacarías 12:10, 13:1)

Dios no ha desechado a Israel; a Su tiempo, El los restaurará.
Bendigamos a este precioso pueblo.

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