DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

24 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 24 de septiembre

Lamentaciones, capítulos 2 al 4

Recapacitemos en nuestro corazón:

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron Sus misericordias. Nuevas son cada mañana; y muy grande es Su fidelidad.

Bueno es Jehová a los que en El esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio Su salvación... Porque el Señor no desecha para siempre; si aflige, también se compadece según la multitud de Sus misericordias.

Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos al Señor; levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos.
(Lamentaciones 3:22-23, 25-26, 31-32, 40-41)

Volvámonos pronto y de todo corazón al Señor nuestro Dios.

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