DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

20 de septiembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 20 de septiembre

Jeremías, capítulos 42 al 44

Dispongamos nuestro corazón a buscar la voluntad de Dios, para que El nos enseñe el camino por dónde ir, y lo que debemos hacer.
El asunto no es cómo involucrar a Dios en nuestros sueños y planes personales, sino cómo encajar nosotros en los Suyos...

Cómo desea El que colaboremos con Sus planes y propósitos para este mundo y la iglesia?
Cómo podemos invertir nuestra vida de manera sabia y agradable para nuestro Señor?

Caminemos con Dios, sigamos Su obrar y construyamos con El y para El. No de acuerdo a nuestros pensamientos, sino de acuerdo a los Suyos; no conforme a nuestra voluntad, sino según la Suya. Y el estará con nosotros, como lo ha prometido, para salvarnos y librarnos. Dejémonos guiar por El en cada paso del camino. Obedezcamos Sus enseñanzas y viviremos seguros bajo la sombra protectora del Omnipotente.

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