DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

13 de junio de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 13 de junio

Salmos, capítulos 12 al 14

"Las palabras del Señor son palabras limpias, como plata refinada en el horno y purificada siete veces." (Salmo 12:6)

Cuánto bien le hace a nuestra vida la Palabra de Dios! Bendice nuestro corazón, renueva nuestros pensamientos, aumenta nuestra fe, fortalece nuestro ser interior, es una lámpara a nuestros pies alumbrando nuestro camino, nos revela los pensamientos de Dios y Sus propósitos para nosotros.
La Palabra de Dios es viva y eficaz y permanece para siempre.

Bienaventurados los que escudriñan Su Palabra, meditan en ella y la guardan en su corazón para obedecerla.

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