DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

7 de abril de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 7 de abril

2 Samuel, capítulos 22 al 24

El Señor es nuestro protector, nuestro lugar de refugio, nuestro libertador, la roca que nos protege y el poder que nos salva.
El es escudo para los que esperan Su salvación.
El Señor es quien alumbra nuestra oscuridad; Su camino es perfecto, Sus promesas son verdaderas. Dios protege a los que confían en Su nombre. El es quien guarda nuestros pasos para que nuestros pies no resbalen, El es nuestra fuerza...
¿Quién como Dios? El es nuestra victoria y el que merece toda nuestra adoración! (2 Samuel 22)

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