DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

22 de marzo de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 22 de marzo

1 Samuel, capítulos 5 al 7

Quién como el Señor! No hay otro Dios fuera de El, Su nombre es sobre todo nombre y Su poder es eterno. Ante Su presencia se postran los dioses y reyes de la tierra, ante Su presencia tiembla el enemigo. (1 Samuel 5:3-4, 7)

"¡Vamos, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante del Señor, pues El nos hizo. El es nuestro Dios...!" (Salmo 95:6)

No haya en nuestros corazones dioses ajenos... (1 Samuel 7:3-5) Volvámonos al Señor, inclinemos nuestras vidas ante El, sirvamos y adoremos sólo al único y verdadero Dios, el creador del cielo y de la tierra y de todo cuanto hay en ella...
Los que claman a El, son librados; y los que confían en Su nombre, no serán avergonzados. (Salmo 22:5)

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