He esperado hasta hoy para escribirles cuando la alegría efusiva por el nacimiento de Jesús comienza a desvanecerse entre otros motivos que cobran vida para alegrarnos nuevamente, o quitarnos la alegría...
Esperé hasta hoy... cuando la vida retoma su rumbo como siempre y entonces somos más propensos a olvidarlo...
Es por eso que esperé hasta hoy... para volver a recordar aquel día...
Hoy también tiene valor el nacimiento de Jesús... igual que ayer. Cada día necesitamos volver a pensar en el milagro tan glorioso que posibilitó a Dios tomar forma humana y habitar entre nosotros.
Venir a esta tierra requería despojarse de Su gloria, de Su poder, Su grandeza y dignidad... y El aceptó descender de los cielos y humillarse como el más pequeño, para salvar aún al más pecador de los hombres.
Jesús nació para traer esperanza a nuestra raza caída, para romper las cadenas del pecado que apresaban nuestras vidas, para alumbar la oscuridad en que se encontraba nuestro corazón; Jesús nació para mostrarnos el camino al cielo y a la vida eterna; para que pudiéramos conocer realmente al Padre y ser reconciliados con El...
No hay ni siquiera uno entre nosotros que no necesite ser salvo por Jesús, no hay ni siquiera un hombre en toda la tierra que sea justo en sí mismo. No lo hay hoy, ni lo hubo nunca. Todos hemos pecado y por eso fuimos destituidos de la gloria de Dios. A causa del pecado fuimos hallados culpables y sentenciados a muerte. Una vez escuché una frase muy cierta: Nacemos a la vida bajo sentencia de muerte...
Pero el Sol de Justicia nació, y en sus alas trajo salvación para todos los que temen Su nombre... (Malaquías 4:2) Cuán grande es Su amor!! Hay esperanza para los que invocan el nombre del Hijo de Dios!!
Cuánta gratitud tiene hoy mi alma por aquel día en que los ángeles entonaron desde el cielo: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lucas 2:14).
La luz del Hijo del Altísimo hemos visto y hemos escuchado Su mensaje. Muchos seguirán prefiriendo y amando más las tinieblas... Pero otros creerán y se refugiarán bajo las alas del Salvador.
Yo he creído en El, y he decidido seguirle hasta el fin!
Esperé hasta hoy... cuando la vida retoma su rumbo como siempre y entonces somos más propensos a olvidarlo...
Es por eso que esperé hasta hoy... para volver a recordar aquel día...
Hoy también tiene valor el nacimiento de Jesús... igual que ayer. Cada día necesitamos volver a pensar en el milagro tan glorioso que posibilitó a Dios tomar forma humana y habitar entre nosotros.
Venir a esta tierra requería despojarse de Su gloria, de Su poder, Su grandeza y dignidad... y El aceptó descender de los cielos y humillarse como el más pequeño, para salvar aún al más pecador de los hombres.
Jesús nació para traer esperanza a nuestra raza caída, para romper las cadenas del pecado que apresaban nuestras vidas, para alumbar la oscuridad en que se encontraba nuestro corazón; Jesús nació para mostrarnos el camino al cielo y a la vida eterna; para que pudiéramos conocer realmente al Padre y ser reconciliados con El...
No hay ni siquiera uno entre nosotros que no necesite ser salvo por Jesús, no hay ni siquiera un hombre en toda la tierra que sea justo en sí mismo. No lo hay hoy, ni lo hubo nunca. Todos hemos pecado y por eso fuimos destituidos de la gloria de Dios. A causa del pecado fuimos hallados culpables y sentenciados a muerte. Una vez escuché una frase muy cierta: Nacemos a la vida bajo sentencia de muerte...
Pero el Sol de Justicia nació, y en sus alas trajo salvación para todos los que temen Su nombre... (Malaquías 4:2) Cuán grande es Su amor!! Hay esperanza para los que invocan el nombre del Hijo de Dios!!
Cuánta gratitud tiene hoy mi alma por aquel día en que los ángeles entonaron desde el cielo: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lucas 2:14).
La luz del Hijo del Altísimo hemos visto y hemos escuchado Su mensaje. Muchos seguirán prefiriendo y amando más las tinieblas... Pero otros creerán y se refugiarán bajo las alas del Salvador.
Yo he creído en El, y he decidido seguirle hasta el fin!
"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz;
los que moraban en tierra de sombre de muerte,
luz resplandeció sobre ellos." (Isaías 9:2)
En Cristo Jesús, Palabras para Animar.
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