• Santiago, capítulos 4 y 5
• 1 Pedro, capítulo 1
¡Oh almas adúlteras! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? El que quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios. (Santiago 4:4)
No amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. El que ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa con todos sus malos deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:15-17)
Aquel que nos llamó es santo, seamos también nosotros santos en toda nuestra manera de vivir. (1 Pedro 1:15)
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