• 1 Pedro, capítulos 2 al 4
Somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable. (1 Pedro 2:9)
Por la misericordia de Dios fuimos escogidos para pertenecer a Su familia, El nos adoptó como hijos Suyos para ser Su descendencia, linaje Suyo. (Efesios 1:4-5)
Cristo es nuestro único sumo sacerdote, perfecto y santo, y todos los creyentes (la iglesia) somo sacerdotes para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:5)
Algunos sacrificios espirituales mencionados en la Biblia son:
- Presentar nuestros cuerpos a Dios en santidad. (Romanos 12:1)
- Honrarle con nuestras alabanzas, con el fruto de labios que confiesan Su nombre. (Hebreos 13:15)
- Hacer el bien y ayudarnos mutuamente. (Hebreos 13:16)
También somos una nación santa, apartada para Dios. Vivimos en este mundo, pero nos movemos según los principios y valores del Reino de los Cielos, buscando hacer la voluntad de nuestro Señor y Rey. Si amamos a nuestro Dios, le obedeceremos y buscaremos para nuestras vidas lo que conduce a la santidad.
Y somos un pueblo diferente, pertenecemos a Dios. Hemos sido adquiridos por El para anunciar al mundo Sus virtudes: Su justicia, misericordia, fidelidad, santidad, poder, amor...
Los que responden al llamado de Dios, pasarán de las tinieblas a Su luz admirable, gracias a la obra redentora de Cristo Jesús en la cruz.
◘
No hay comentarios:
Publicar un comentario