• 1 Corintios, capítulos 7 al 9
En una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio. Corramos de tal modo que lo obtengamos.
Los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros en cambio, por uno que dura para siempre. (1 Corintios 9:24-27)
La vida del cristiano es como una carrera en la cual no competimos contra otros, sino que nos animamos unos a otros a permanecer corriendo sin desmayar, venciendo, con la ayuda del Espíritu que nos fue dado por Dios, cada impedimento que se nos presente en el trayecto para estorbarnos y hacernos tropezar.
Corramos hermanos con paciencia y perseverancia, de manera que lleguemos al final de nuestros días en Cristo; disciplinemos nuestro cuerpo y controlémoslo para que no seamos dominados por ningún deseo impuro. No sea que descuidándonos, quedemos descalificados...
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