• Apocalipsis, capítulos 10 al 12
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos; y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (Apocalipsis 12:10-11)
Día y noche hay un adversario de la salvación de nuestras almas que nos acusa ante el trono de Dios. Pero llegará el momento en que será expulsado, y se manifestarán por completo la salvación, el poder, el reino y la autoridad pertenecientes a Dios y a Cristo.
Pero mientras dure la noche oscura sobre la tierra, en que el príncipe de las tinieblas gobierna sobre el mundo, tenemos quién nos defiende. Nuestro Salvador Jesucristo presenta defensa a favor nuestro delante del Padre. El es nuestro abogado y defensor de todas las acusaciones con que desea condenarnos el maligno. La sangre de nuestro Redentor nos limpia y justifica. Refugiémonos en ella. Preciosa sangre que lava nuestras manchas, y por medio de la cual somos vencedores sobre toda fuerza del mal.
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