• 2 Pedro, capítulo 3
• 1 Juan, capítulos 1 y 2
En los últimos días habrá gente que se burlará diciendo: ¿Dónde está la promesa de Su advenimiento? (2 Pedro 3:3-4)
Pero el Señor no retarda Su promesa según piensan ellos. Sino que tiene paciencia, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
El Señor vendrá por una iglesia gloriosa, que no tenga mancha ni arruga; por eso debemos vivir de manera santa y piadosa, esperando y apresurándonos para ese día. Procuremos con diligencia ser hallados por El irreprensibles y en paz, con nuestra lámpara llena del aceite que se produce en la comunión íntima con nuestro Señor.
Recordemos que la paciencia de Dios es para salvación. (2 Pedro 3:9-15)
No nos desanimemos, mantengámonos firmes, aguardando con paciencia, pues Su venida está cada día más cerca. (Santiago 5:6)
◘
No hay comentarios:
Publicar un comentario