• Apocalipsis, capítulos 16 al 18
He aquí, Yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas. (Apocalipsis 16:15)
Nadie sabe el día ni la hora en que vendrá nuestro Señor. No nos dejemos llevar por las palabras de quienes anuncian fechas basadas en cálculos hechos por los hombres; aún si un ángel se apareciera anunciando el día o la hora de la venida de Cristo, no deberíamos creerle.
Por las señales que vemos en la tierra, y el sentir que va produciendo el Espíritu Santo en la iglesia, Su regreso está muy cerca, pero no sabemos cuándo será. Esperemos a nuestro Amado con paciencia y alegría todo el tiempo que demore en venir por nosotros.
Vivamos con sabiduría, como hijos de la luz, sin enredarnos en las obras de las tinieblas. Perseveremos en la fe, manteniendo viva en nuestro corazón la esperanza de Su regreso.
No olvidemos Su promesa, no nos durmamos durante la espera. Velemos! Porque El vendrá como ha prometido.
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