31 de octubre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 31 de octubre

Hageo, capítulos 1 y 2
Zacarías, capítulo 1

Meditemos bien sobre nuestros caminos... (Hageo 1:5)

¿Cómo están nuestras vidas delante de Dios? ¿Qué ve El en nuestro corazón? Si no ve a Cristo, entonces estamos perdidos y todas nuestras justicias por más buenas que sean no sirven para nada. Sólo por medio de la fe en Jesucristo somos justificados y reconciliados con Dios. La sangre que El derramó en la cruz a nuestro favor, es la única que tiene poder para presentarnos aprobados delante del trono del Padre.

Y si hemos creído en el Hijo, pero no hemos estado viviendo en santidad y en obediencia a Su Palabra y a Su voluntad, entonces debemos arrepentirnos por haber menospreciado Su sacrificio de amor y salvación... Nuestro cuerpo se convierte en templo del Espíritu Santo en el momento en que aceptamos al Señor como nuestro Salvador. Ya no vivimos para agradarnos a nosotros mismos, sino para agradarle en todo a El. Si vemos impurezas en nuestro corazón, tibieza, pecados ocultos... debemos confesárselos a Aquel que es fiel y justo para perdonarnos. Debemos caminar en luz, buscando la santidad en toda nuestra manera de vivir porque nuestro Dios es santo y los que somos sus hijos debemos ser santos también.

Volvámonos pronto a Dios, y El se volverá a nosotros! (Zacarías 1:3)

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