• Jeremías, capítulos 30 al 32
"Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia." (Jeremías 31:3)
Cuánto nos ama el Señor, y cuánta paciencia nos ha mostrado. El ha retrasado Sus tiempos para darnos más oportunidades a nosotros y prolongar Su misericordia... No desaprovechemos este tiempo de gracia; escapemos de todo aquello que nos contamina, y vivamos de manera santa y piadosa; para que cuando el día de Su promesa llegue, nos encuentre preparados.
"El Señor no retarda su promesa según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." (2 Pedro 3:9)
Que podamos vivir con la firme determinación de honrar al Señor todos los días de nuestra vida.
◘
No hay comentarios:
Publicar un comentario